jueves, 28 de julio de 2011

Poker City 1

Ayer regresé al Poker City, convencido de que ahí se juega menos pesado que en el Miravalle. La anterior sesión la habia perdido en un “volado” contra uno de los jugadores más loose de la mesa. Perdí pero quedé en general satisfecho con el nivel de los contrarios, no tan difíciles de vencer como en el Miravalle.

Ahora que recuerdo, en una mano 15 minutos anterior a mi partida, se dio una situación molesta. Yo tenia A3 en la ciega mayor, 3 jugadores pagaron y Ricardo, quien estaba de ciega menor, sube 60. Considerando su juego arriesgado y marginal, pagué. Los otros 3 jugadores tambien pagaron. En el flop, sale A 2 4; una combinación fuerte para mi pero algo engañosa, ya que aunque tenia par alto, mi A3 no le llevaba la delantera a ninguna otra mano con As.

Ricardo, quien hablaba primero, lanza una apuesta de 50. Yo estoy considerando pagar, cuando el muchachito que estaba a dos lugares a mi derecha, mueve todas sus fichas al centro, diciendo “All-in”. Caray! no sólo me salto a mí, sino a otro jugador. Su apuesta al final era no muy grande, 95 pesos más. El dealer le hizo ver su error, pero pues obviamente a mí me molestó: ahí estaba yo con una mano por la cual iba a pagar 50, por la cual tranquilamente podria completar el All-in del muchachito nervioso, pero misma que quizá no podría defender si Ricardo, valiéndose de aquel tercer personaje en discordia, decidiera empujarme con su fuerte stack aún más. Asi que después de pensarlo, tiré mis cartas. Otro jugador pagó, y también Ricardo.

Cual es mi sorpresa cuando en el turn sale otro As. Demonios! Ahí si que empecé a bufar. En el river salió un contundente 3. Queee??? Hubiera sacado full house, y esas fichas que estaban en las mesa hubieran sido mías, de no haber sido por el error pendejo del chavalito! En fin, que para acabarla, antes de que los otros jugadores hicieran algo, el chavalito se vuelve a precipitar y les muestra su par de reinas. Entonces se hizo la rebambaramba, porque la regla es que si enseñas las cartas mientras la jugada aún transcurre, entonces tu mano esta foldeada. Se hizo la discusión entre los jugadores, el chavalito, el dealer, el supervisor, etc. Al final, los otros 2 jugadores, al empatar el resultado, habian pagado con un simple 4! (peor para mi), deciden darle una parte del pot al muchachito. No pude quedarme callado, y le hice a ver a éste que su pequeña torpeza me había costado al menos 400 pesos. Aquel, como andaba un poco tomado, no sé si me entendió.
Claro que también la culpa la tuve yo, por culito....

Bueno, entonces de vuelta a lo que contaba:
Ayer llego y me toca una mesa interesante, de entre los que sobresalían Rafa, el supervisor de poker del Miravalle, a mi izquierda (andaba en su día de descanso); frente de mí estaba Ricardo otra vez de Big Stack, y 3 lugares a mi derecha Chuy, un dealer del Red también en descanso.

Manos y apuestas normales, pero me fijé que estos tres personajes intentaban controlar la mesa, con apuestas al margen, segundas mejores manos, re-raises, etc. Después de una hora, mi stack no se haba movido de la entrada inicial, 800 en fichas.

Con ciega pequeña, me toca A 4. Pagan Ricardo y el señor a su derecha, mientras los demás no van. En el flop, las cosas se animan con A 6 6. De hecho tanto que Rafa y el otro jugador a su izquierda se ríen, “ya ves? Te lo dije”, por lo que asumí que uno de ellos había foldeado un As o un seis, más probablemente éste último. Como los escuché, quise aprovechar un poco esa situación. Para que no me creyeran, apuesto 60 pesos. Ricardo había empezado a contestar mensajes en su smartphone y como que su mente estaba ida. Revisa cuanto puse y paga. El otro señor, que trae un stack como el mío, también paga. En el turn sale otro 6. Caramba! como dicen “all hell went loose”. Apuesto 100, Ricardo paga 100, el otro también. En el river sale un 2, entonces lo único que me puede derrotar es un 6, y dadas las risas sospechosas de mis compañeros de la izquierda, me decido a tirar un poco más alto. Apuesto 200, Ricardo revira 400, el otro señor se va All-in…. Y yo? Pues hago lo propio, y tambien mando all in, y Ricardo paga. Así de simple, y el pot de 2500 pesos, situación que había captado la atención de todos los presentes. El dealer incluso reconociendo que nunca había repartido un pot tan grande.

Triunfal muestro mi As, el otro señor muestra otro. Ok, split, entonces Ricardo es el que salió perdiendo….normal, para que siguió las apuestas…no, no espera. Muestra sus cartas lentamente, alejándose un poco de su smart phone, y resultan ser: Q 6 de diamantes. Orale! Todos asombrados y convencidos de que este juego es a veces más que inescrutable. Comentando y comentando, las opciones, las probabilidades, lo que se pudo hacer y lo que no.

Así es como Ricardo llega a un pot de más de 4000 pesos, yo tuve que recargar mi stack. Lo malo para él fue que los dioses del poker le cobraron el hecho de que siguiera atado y metido en su smart phone, molestando e importunando las jugadas, pagando y pagando proyectos de corrida, de color, de chile, de dulce y de manteca. Dos horas después, sus fichas desaparecieron a manos de múltipleas jugadores; tuvo que renuncia a su juguetico, comprar 500 pesillos más y ponerse a jugar con poco más de seriedad…..
Eso fue al menos una dulce venganza


En una mano, en ciega chica, me toca par de ases. Rafa, en posición de botón, sube 60. Yo subo a 120, otro paga. En el flop salen cartas medianas, 10 el mayor, con proyecto de color. Apuesto y sólo Rafa paga. Al final tuve que ir All-in y como no me creía, pagó y perdió. Me comenta que me hacia con AK, el tenía K10. Abandona la mesa. 2 chicos nuevo se sientan a mi izquierda, obviamente amigos pues se la mantienen platicando; a uno de ellos si lo he visto, tipo junior y musculoso, seguro practicante de pesas.
Una ronda después vuelvo a encontrar par de ases, American Airlines. En este turno fue otro jugador quien siguió pagando mis raises, volviendo a doblar mi stack. Tengo como 1800, lo cual me pone ya en números positivos en la sesión, al menos recuperando los iniciales 800.

Después, en big blind tengo A6. algunos pagan y el chico musculoso apuesta 70. Estoy por tirar las cartas, pero me digo que probablemente el trae un par, o As alto. Decido pagar y en caso de emboscada emprender la huida rápida. En el flop sale 566 rainbow. Soy el primero en hablar, y paso. El chico musculoso manda 120. Sólo yo pago. En Turn sale un 9. Se repite la historia: paso, apuesta 120, pago. En river un J. Librame, señor, de una tercia mayor. Decido probar, testear, y mando 240. El toma mucho tiempo para analizarme, lo cual no me gusta. Yo intento mostrar mi mejor cara de roca, pero no creo lograrlo: cuando me miran fijamente seguramente reflejo o una tensión contenida, o una expresión muy relajada, lo que está relacionado al poder de la mano que traigo. Debo trabajar en eso. Tu cara debe ser la misma cuando apuestas, independiente de la mano que traigas. Considero que el ejemplo supremo entre los profesionales es Tom “Durrr” Dwan. El tipo pone una cara tan impenetrable… La otra vez ví una mano donde puso en posición complicada a Phill Hellmut, y aguanto más 10 minutos sin un sólo gesto, sin mover las ojos; parecía que no respiraba. Sólo las orejas coloradas, aunque puede ser que asi siempre las traiga. Habra que ver.

Siguiendo con la acción, el tipo musculoso tira sus cartas, algo enfadado. Entonces decido hacer algo que casi nunca hago. Para no dar la impresión de un completo bluff, acomodo mis cartas con el As arriba del 6 y pongo las cartas sobre la mesa (el 6 no se ve). El tipo sigue su enfado, lo cual denota que si traía un pocket par probablemente de 10. Y luego hace una acción inusitada: en un movimiento rápido, mueve mi As y el 6 es claramente visible para todos y cada uno de los jugadores. Descubriendo mis intenciones de mostrar algo, pero no completamente toda la historia. Afectándome,, por supuesto.

- por qué hiciste eso, no lo debiste hacer – le digo
- es que como pusiste una sobre otra, el 6 si lo querpias enseñar debia estar boca abajo.
- Pero tú de ninguna manera puedes tocar mis cartas

Pido que venga el supervisor del casino, y le explico la situación
- el señor esta tocando mis cartas, y ya habia foldeado

El supervisor pregunta la versión al dealer, y declara.
- tiene razón el señor, no debiste haber tocado sus cartas
- pero es que él se equivoca, porque – se trata de defender
- No, el que se equivocó fuiste tu. Joven – le pido al supervisor, con un tono más molesto – dile que es él quien esta equivocado, y que por favor no lo vuelva a hacer
- tiene razón el señor, no debes tocar las caras de otro jugador.

Ni modo, habra veces que hay que alzar la voz. Pues entonces ya seguimos jugando, pero yo molesto. Lo que me impide concentrarme. Tengo 2400 en fichas, voy 900 arriba, por lo que evalúo retirarme.Entro en dos manoseguidas, pero con no demasiada claridad pago algunas apuestas al tipo de la izquierda, el que estaba entre mí y el tipo musculoso. Quizá nomás aprovecho que estaba yo en Tilt. Y prefiero retirame. Cuando estoy juntando mis fichas, Ricardo nuestro ex Big stack, el que llevaba 5000 y ahora nada más tiene 500, me:

- Al final te recuperaste – sutilmente entre pregunta y afirmación.
- Bueno de hecho, me voy arriba como por 1000 – mentira, sólo fueron 700
- Mmmh. En cambio, mírame a mí, perdí todo lo que tenia
- Si, lo que pasa es que estabas metido en el celular y pues no pudiste concentrarte – entre afirmación y regaño

Gesto desesperanzado de su parte. Paso a cobrar

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